Stop-Loss es una película estadounidense de 2008 dirigida por Kimberly Peirce. Del director de la aclamada Boys Don't Cry, una película basada en la historia real de Brandon Hughey, el primer "desertor" de la Guerra de Irak.
La película habla del sargento Brandon King, interpretado por Ryan Phillippe, que regresa de la guerra en Irak, recibido como un héroe por sus conciudadanos, en Texas, pero cuando se le recuerda que regrese a Irak, se niega a irse. La película traza los acontecimientos que van desde su última misión hasta su regreso al servicio. El sargento, al regresar a casa, descubre que ha sido engañado por las autoridades. Llamado a la palanca se negará e intentará escapar. La película presenta la guerra en su aspecto más trágico y melancólico, el soldado. Habla de una generación perdida en la pesadilla de la guerra que ya no puede adaptarse a la vida civil. Ante el drama de la pérdida de sí mismo, el Soldado Brandon King tendrá que elegir el camino para la supervivencia de su ser más profundo.