Emiliano della Cogolla (La Rioja, 12 de noviembre de 472-La Rioja, 11 de junio de 573), discípulo de Isidoro de Sevilla, fue un ermitaño venerado como santo por la Iglesia Católica.
Nació en la España ocupada por los visigodos, en Castilla, en la provincia de Logroño, en un lugar montañoso llamado "la Cocolla" por su forma que recordaba la capucha homónima del manto o collar usado por los Frailes. La vida de San Emiliano nos ha sido transmitida por San Braullione. Hijo de un pastor, Emiliano se dedicó a esta obra hasta la edad de veinte años cuando, resentido por la atracción por la vida solitaria y meditativa que era frecuentemente elegida entre los cristianos occidentales en el siglo IV, optó por convertirse en un ermitaño ascético. Como lugar de retiro eligió un sitio en medio de una exuberante vegetación en las laderas orientales de la Sierra della Demanda que cruza la meseta del Valle del Ebro. En la roca de la montaña cavó su celda y vivió allí hasta su muerte. El santo vivió cuarenta años como ermitaño en la montaña hasta que, conociendo sus excepcionales virtudes, fue nombrado párroco por el obispo de Tarazona que, sin embargo, pronto tuvo que despedirlo por las acusaciones que los otros sacerdotes por envidia dirigían al Santo. Emiliano regresó voluntariamente a su vida solitaria acompañado de un discípulo: Asello, cuyo nombre, derivado del latín asellus (burro), indicaba bien su humildad y paciencia. Con Asello se reunió una comunidad, hasta la muerte de San Emiliano, casi centenario, en 574, que se hizo cada vez más numerosa y activa en la difusión de su enseñanza y modelo de vida practicado en los dos monasterios de Yuso y Suso inspirados por el santo español. En la biblioteca del Monasterio de Yuso había, antes de su traslado a Madrid, donde todavía se encuentra, un código donde las primeras frases estaban escritas en castellano y Euskera. Las frases en español son notas al margen de un texto latino y se conocen como Glosas Emilianenses (del nombre de Sant''Emiliano). Hay un debate sobre si fueron escritas en una versión temprana del castellano o en algún dialecto relacionado. En ambos casos, la importancia del Monasterio de Yuso en los orígenes de la lengua española se ve reforzada por la proximidad del pueblo de Berceo, que se asocia con Gonzalo de Berceo, el primer poeta en lengua española.
La tumba del santo fue colocada, según la tradición monástica, en la cueva donde el Santo había vivido vivo. En el siglo XI para glorificar el inicio de la reconquista de la Península Ibérica a los musulmanes se erigió en honor a San Millán, como se llamaba Emiliano en España, La Real Abadía dedicada a San Millán de Yuso (" abajo ") en la llanura debajo del Monasterio de Emiliano llamado de Suso (" arriba ") . Aquí se transfirieron los restos del Santo colocados en un relicario y en la tumba anterior se colocó una lápida de alabastro donde Emiliano era efigie. La Fama del santo y su culto provenían del hecho prodigioso que ocurrió en la Batalla de Simancas de 939 cuando Emiliano se había aparecido a los soldados en un caballo armado con una espada en llamas. La aparición había exaltado a los luchadores llevándolos a la victoria.
Nacido en 472
Santos españoles del siglo VI