Chile fue descubierto en 1520 por Fernando de Magallanes, gracias a su paso por el estrecho que lleva su nombre, en el extremo sur del continente Americano. Posteriormente, la primera expedición en ingresar al territorio actual (esta vez desde el norte) del país sudamericano fue la de Almagro y la de Valdivia que inició la conquista de esas tierras.
En 1536, con la autorización de Carlos V, quinientos españoles y mil indios salieron de Cuzco, bajo la dirección de Diego de Almagro. A pesar de las dificultades económicas en la financiación de la empresa, la expedición logra partir iniciando así el viaje hacia las tierras del Sur. En Copiapó la expedición entra a Chile a través de los Andes pero, debido al duro clima y el peligro de las propias montañas, varios miembros de la expedición mueren. Una vez en territorio Chileno, los miembros restantes de la expedición se detienen en el Valle de Copiapó y luego reanudan el viaje hacia el sur más tarde. Al llegar al Valle del Aconcagua, los españoles comienzan a buscar las riquezas que los Incas habían descrito chocando, por primera vez, con la población local. Gómez de Alvarado en la Batalla de Reinohuelen tiene que ver con la fuerte resistencia de los mapuches. Las riquezas descritas por los Incas, sin embargo, no se encuentran, aparte de las tierras cultivadas por los Indígenas (pocos en el centro y numerosos y feroces más al sur) no hay nada más. Los españoles decidieron regresar, sin embargo, siguiendo otra ruta: el desierto.