El Capricornio de Japón (Capricornis crispus Temminck, 1836), conocido en Japonés como Nihon kamoshika (Capンカシシカ?) , es un mamífero artiodáctilo de la subfamilia de las cabras.
El Capricornio de Japón alcanza una altura a la Cruz de 60-90cm y pesa 30-130kg. Su pelaje, muy grueso, especialmente en la cola, es de color marrón moteado en el dorso y blanco y negro en las regiones inferiores. En ambos sexos hay pequeños cuernos de 10cm, curvados hacia atrás.
Esta especie es endémica de Japón y precisamente de tres de sus islas principales: Honshū, Shikoku y Kyūshū. En Honshu, en las áreas más adecuadas para él, está muy extendida en grandes cantidades, pero está ausente en las áreas cultivadas de tierras bajas y en las cercanas a los asentamientos humanos. En Shikoku y Kyushu su distribución es más limitada. Antes del comienzo del siglo XX desapareció de las regiones occidentales de Honshu y disminuyó considerablemente en número en otras áreas. Desde los años sesenta, sin embargo, su rango se está expandiendo de nuevo.
Los Capricornios de Japón viven en los densos bosques de las regiones montañosas, donde se alimentan de hojas y bellotas. Son criaturas diurnas que van en busca de alimento por la mañana y por la noche, pasando el resto del día descansando al abrigo de las paredes rocosas. En su mayoría solitarios, también se encuentran en parejas, a veces acompañados por los más pequeños. Generalmente ocupan pequeños territorios, de unos 20km2 por ejemplar y hasta 200km2 para los rebaños más numerosos. Estos territorios están marcados con una sustancia similar al vinagre secretada por las glándulas preorbitales ubicadas justo en frente de los ojos. En cautiverio pueden vivir hasta 10 años, pero la esperanza de vida en la naturaleza es desconocida. La población cautiva es de unos 35 ejemplares.